Jóvenes de 15 a 20 años

Reza un cartel que encontramos difusamente fijado por las calles de la ciudad: "Joven de 15 a 20 años que quieran ejercitarse en el manejo de armas" y demás instrumentos para matar sus semejantes. El estado, el más fiero de los monstruos, como lo llamaba Nietzsche, necesita del sacrificio de la juventud. Le es necesaria la carne fresca. Es preciso que las madres sigan pariendo hijos, muchos hijos para la patria, para defender los privilegios de los zánganos, para que sepan afrontar la muerte sin temores y sin preguntar por qué. Es imprescindible que los hijos de los esclavos el trabajo aprendan a destrozarse como bestias, porque así conviene a los intereses de los que mandan.

¡Jóvenes de 15 a 20 años abandonad el hogar y corred a engancharos!

Aprended a odiar al resto de vuestros hermanos; aprended a mataros bárbaramente, porque así os lo ordenan los superiores; aprended a obedecer siempre; sed esclavos; sed eunucos; sed instrumentos mecánicos, anulad el amor y las ansias de libertad que ha en vuestras vidas, e id a ingresar en la Armada, que allí, después de darnos golpes, de enseñarnos las disciplinas, de someteros a una rigurosidad bárbara, os darán honores y galones, si tenéis la fortuna de matar muchos hombres en nombre de la "Madre Patria".

Pero antes de ir, escúchanos:

No vayáis, no seáis esclavos ni asesinos: amad la vida y luchad, si, por engrandecerla; amad a la libertad y ofreced el sacrificio de vuestra juventud, pero por el bienestar de todos.
1920.

Declaración - Lois Pereiro


Amarte, vida, amarte casi siempre,
aunque seas dura y lleves mientras tanto
piedad y odio intermitentemente.

Eres tú la que siempre educas y aceleras
la enfermedad letal de los que no se resignan
a ignorar cómo eres en realidad:
solamente un trayecto
cómodo y ultrajante hacia la muerte,
un tránsito inútil e innecesario.
Pero la ignorancia salva a los que no quieren
arriesgarse a perderte tan deprisa
a cambio de la renuncia a profanarte.

Y aquellos dientes que perdí
los necesitaría ahora para defender
las convicciones en las que me reafirmo.

Solidario y amable, si es posible,
o lobo estepario en el destierro,
completaré el círculo insurgente
con las balas del deseo.